El Xerox Alto fue un ordenador
revolucionario, el primero que incluyó una interfaz gráfica de usuario y un
ratón. Nunca llegó a venderse. Pese a ello, la máquina concebida en el
prestigioso Xerox PARC asombró a Steve Jobs, que se llevó la idea a los ordenadores
Apple, como también haría después Microsoft. Ahora, un grupo de expertos está
restaurando aquel pionero que marcaría el camino de los ordenadores personales
en los 70. Lo conservaba Alan Kay, uno de sus creadores.
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