El fabricante chino confía en su
nueva generación de phablets, con doble cámara y una pantalla de 5,9 pulgadas,
para recortar distancia a los líderes del mercado.
El grupo chino, tercer mayor
fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, con un 9,4% de cuota de
mercado, según los datos de la consultora IDC, presentó ayer en Múnich el que
está llamado a ser el nuevo buque insignia de la compañía: el Huawei Mate 9.
Un teléfono
"revolucionario", como apuntó el consejero delegado de la división de
terminales del grupo, Richard Yu, y con el que Huawei busca recortar distancia
con Samsung y Apple, líderes del mercado de teléfonos inteligentes. El
fabricante coreano ha sufrido un duro golpe con el fracaso de su última
propuesta para la gama alta, el terminal Galaxy Note 7. Precisamente, el
segmento al que se orienta Huawei con el Mate 9. Después de meses tratando de
solventar los problemas técnicos del terminal, Samsung finalmente decidió
cancelar su producción y distribución el pasado 11 de octubre, lo que le puede
costar hasta 15.000 millones de euros en ingresos.
Aunque a juzgar por lo visto en
la presentación, el objetivo prioritario ahora del grupo chino no es tanto hacer
leña del árbol caído con Samsung como rebasar a los iPhone de los de Cupertino,
que ocupan la segunda posición del ranking, y con los que se compararon en
repetidas ocasiones durante el evento.
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